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El mundo rural de Extremadura se sube a la pasarela de moda. La artesanía y la dehesa extremeña llega a la Mercedes-benz Fashion Week Madrid (MBFWMadrid) de la mano de la diseñadora pacense Cecilia Navarro Megías, que a sus 22 años presenta su firma y primera colección, Abelina, inspirada en su abuela, su bisabuela y en los recuerdos de su infancia en Montemolín (Badajoz), de donde es su familia y donde ella pasaba los veranos.

Cecilia participará en la cita, que se desarrolla del 16 al 19 de febrero, con una original puesta en escena con la que aspira como talento emergente al premio Allianz EGO Confidence in Fashion. Además de los desfiles, tendrá su propio espacio en la sala de exposición de Ifema para poder mostrar y vender sus prendas (ropa, accesorios y bisutería), que establecen un diálogo entre la modernidad, lo tradicional y el reciclaje.

Este escaparate internacional de la moda será una oportunidad para esta joven creadora de exhibir su marca, que apuesta por traer hasta nuestros días lo antiguo y tratarlo con una mirada contemporánea. Echa la vista atrás y bucea en sus raíces para recuperar el pasado. Le da especial protagonismo al punto y al ganchillo. Su ropa y complementos han sido elaborados con piezas que eran de su abuela y bisabuela y que ha rescatado del ‘doblao’ de la casa del pueblo. Objetos perdidos y en desuso a los que ha dado una segunda vida. «La idea nace como un proyecto relicario, de la añoranza y de los recuerdos que se guardan en los altillos de las casas de nuestros antepasados. Por ejemplo, he usado azabaches y botones de nácar que mi abuela ha ido recopilando de la ropa que tenía guardada de su madre», explica Cecilia.

Además, sus diseños tratan de revalorizar lo artesanal y el detalle manual. Las prendas las diseña y fabrica a mano, con técnicas tradicionales heredadas de sus familiares o que ha aprendido colaborando con María Castro y Pedro Calvo, dos artesanos de Montemolín. Las piezas de bisutería y fornituras de las prendas de vestir que conforman la colección están hechas a partir de materiales de cobre reciclado que ha sido fundido en una fragua antigua. Su objetivo, afirma, es dar protagonismo a los artistas de la ‘España vaciada’. Por esta razón trabaja con profesionales ajenos a las corrientes comerciales que viven en lugares deslocalizados.

Homenajea también el mundo rural enfocándose en la sostenibilidad, , utilizando materiales naturales como algodón natural, lana de mohair y lana de alpaca con los que teje su ropa y accesorios (gorros, calentadores y calcetines). «Mi intención es revalorizar el origen. Trato de alejarme del consumo de moda masivo y acelerado. Mi estilo creativo habla de la historia que hay detrás de esa prenda de ropa. No es solo vestir. Quiero lograr que la gente sienta una experiencia con lo que lleva puesto», indica.

Su firma y primera colección, Abelina, toma precisamente el nombre de su bisabuela en honor a su pasado. «He recurrido a ella para aprender, para tomar ideas y para usar sus materiales. Mis dos abuelas, Lola e Isabel, también eran modistas y confeccionaban ropa. Cuando era pequeña me hacían los vestidos que yo le dibujaba en un papel y eso me fascinaba», recuerda.

De su familia ha heredado la pasión y el interés por el arte. «Siempre me ha llamado la atención todo lo relacionado con este mundo. Mi abuelo Fernando y mi madre también pintan. Yo no me veía haciendo otra cosa que no estuviera relacionada con el diseño y la moda», reconoce.

Abelina fue también el proyecto que presentó como trabajo de fin de Grado en el IED de Madrid (Istituto Europeo di Design), donde ha estudiado los últimos 4 años. Con él logró la Mención de Honor en la escuela y el premio a la mejor colección de diseño de moda. Lo que empezó siendo un trabajo de estudios se ha terminado convirtiendo en la marca que ahora presentará en la Madrid Fashion Week, en una versión más completa. «Es todo el resultado de un proceso de investigación intenso y extenso», señala.